Libertad y Software Libre

Por Cristian Bravo-Lillo / 27 de julio de 2011.- En el capítulo anterior hablábamos sobre las razones que se argumentan para tener o no una política de software libre en el gobierno. Mencioné entonces tres razones que a mi parecer no son adecuadas o realistas para argumentar a favor del software libre: el costo de las licencias, el desarrollo de una industria de software local, y la seguridad nacional. Mi opinión no es que éstos sean malos argumentos, sino que más bien son rebatibles de manera relativamente sencilla. En este capítulo hablamos del último argumento: que el software libre otorga libertad.

Libertad y Software Libre

En el valiente discurso de Lawrence Lessig en la reunión eG-8, que se realizó de manera simultánea a la cumbre del G-8 en Mayo pasado, en París, Francia, se mencionaron de manera elocuente algunas de las razones por las cuales deberíamos abogar por el software libre. A pesar de que el discurso se refería al peligro de los gobiernos de sucumbir a la influencia de personajes e instituciones poderosas, que han tenido éxito en modificar las políticas públicas de distintos tipos para su propio beneficio, estas mismas razones son aplicables al porqué deberíamos usar software libre:

Piensen sobre la pregunta de las políticas de banda ancha. Europa, de hecho ha sido bastante exitosa, en fomentar la competencia por banda ancha, y por lo tanto fomentar el crecimiento de la banda ancha. Los EEUU han sido un fracaso total a este respecto, y vemos cómo los EE.UU. han pasado de ser el número 1 en penetración de banda ancha, a ser ahora, dependiendo de la escala, número 18, 19, o 28.

Y este cambio es debido a políticas que efectivamente bloquean la competencia entre los proveedores de banda ancha. Su respuesta, la respuesta que estos proveedores presentaron a nuestro gobierno, y que consiguieron que nuestro gobierno impusiese en realidad les benefició y destruyó los incentivos para que compitiesen de una forma que incrementara la penetración de banda ancha.

Creo que a la luz de estos ejemplos, es completamente justo ser escéptico respecto a la respuesta que un gobierno democrático moderno entrega. Deberíamos decirle al gobierno democrático moderno: tienes que tener cuidado cuando los incumbentes sugieran ajustes en las políticas. Porque su trabajo, el trabajo de los incumbentes, no es igual a tu trabajo, el trabajo del que hace políticas públicas. Su trabajo es obtener beneficios para ellos. Tu trabajo es el bien común.

No debemos olvidar, tal como describe Lessig, que las grandes corporaciones como Microsoft, Apple y otras, persiguen siempre en último término el lucro para ellos mismos. El lucro no es algo malo en sí mismo, pero es un objetivo incompatible con la definición de gobierno, que debe trabajar por el bien común y no por el lucro de unos pocos. Cuando empresas como Microsoft realizan donaciones para proyectos educativos, a pesar de que su objetivo pueda estar matizado de varias formas sutiles, el objetivo de estas corporaciones sigue siendo el lucro. Con este objetivo es que sugiere e impulsa, a veces de manera muy agresiva, la generación de proyectos de ley y acuerdos que les beneficien, y obstruye proyectos que les perjudiquen. Dos ejemplos cercanos para nosotros en Manzana Mecánica fueron el caso de la aprobación del estándar OOXML en 2007, y el acuerdo de Microsoft con el Ministerio de Economía en 2008. No se trata de demonizar a Microsoft: Apple y otras compañías utilizan básicamente la misma estrategia.

¿Qué es una política pública? Es una iniciativa implementada por las autoridades de un país para conseguir un objetivo específico. ¿Y cuál debe ser el objetivo detrás de este objetivo? Lessig lo dice en su charla: el bien común. Y nuestras autoridades olvidan con frecuencia, a propósito o no, que deben favorecer el bien común por sobre el bien individual.

El poder de las grandes corporaciones para fomentar este olvido es formidable. Sin embargo, lo que da vida a una verdadera democracia, esto es, ciudadanos informados y responsables, libres para manifestar su desacuerdo y denunciar su inconformidad, es una de las consecuencias más grandes que han traído consigo la Web, las redes sociales y el software libre.

En la proclama de Stephen Hessel, “Indignaos!”, que ha motivado gran parte de las manifestaciones sociales masivas en Francia y España, se lee:

Es verdad que las razones para indignarse pueden parecer hoy menos claras o el mundo demasiado complejo. ¿Quién manda, quién decide? No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que nos gobiernan. Ya no tenemos que vérnoslas con una pequeña élite, cuyo modo de actuar conocemos con claridad. Este es un vasto mundo de cuya interdependencia nos percatamos claramente. Vivimos con una interconectividad como jamás ha existido. Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlas, hace falta observar con atención, buscar. (...)

La peor de las actitudes es la indiferencia, el decir “yo no puedo hacer nada, yo me las arreglo”. Al comportaros así, perdéis uno de los componentes esenciales que hacen al ser humano (...): la capacidad de indignarse y el compromiso que nace de ella. (...) A los jóvenes, les digo: mirad alrededor de vosotros, encontraréis temas que justifiquen vuestra indignación (...) Encontraréis situaciones concretas que os empujarán a llevar a cabo una acción ciudadana de importancia. ¡Buscad y encontraréis!

Fuentes

Video:

Discurso de Lawrence Lessig en e-G8: http://manzanamecanica.org/2011/05/brillante_charla_de_lawrence_lessig_en_eg8_con_subtitulos_en_castellano.html

Música:

Otras fuentes:

  • Stéphane Hessel: “Indignez-vous!” — “Indignaos” en español.




Éste es el archivo del podcast "Cultura Libre", emitido entre el 2010-2013 a través de Manzana Mecánica.

(CC-BY) Carlos Castillo 2020-2013.